ANHELO

Vadear desnuda por la vida, haciendo caso omiso del frío…
correr, recoger alimentos, enredarse en algunos brazos cálidos y seguir adelante sin detenerse, sin echar raíces..

Refrescarse en algún río de cálidas aguas, lavarse, saciar la sed y seguir..

Curiosear lo que pasa a tu alrededor sin exponerse sin hablar sin intervenir…

Disfrutar la posibilidad de conocerlo todo, de saberlo todo, pero no participar… que nada te turbe, que nada te inquiete…

Crear vínulos, sólo detenerse un momento, seducir, amar, nurtirse y seguir… 

Hacia dónde? No importa.  Hacia adelante y no mirar atrás, no reparar en ello.

No saber cómo es el resto de la gente, no importa, habrá encuentros, encuentros intensos y furtivos, pasajeros .

Entonces, cada uno deja su huella en el otro, como un nutriente.

Asi se engendra la historia, esa historia singular que uno lleva bien adentro, y que es legítima, con la que no hay que falsear, porque no tienes que decirla a nadie…  Ellos la conocen y la enriquecen con su propia historia.

Eres una anécdota dentro de una gran crónica, donde eres libre y cada persona lo es.  No hay inquietud, no hay nada pendiente, se vive de principio a fin.

Felizmente todo concluye y concluye de manera sublime.

Dispones del tiempo y sabes partir dejando todo consumado, saciada y feliz.

Para que la historia fluya sin tropiezos, el andar tiene que ser atento y ufano, buscar lo que nos complace casi de manera lúdica, algo que no sea esencial, algo que poseemos pero que deseamos realzar.

Cuando no logramos aplacar la sed que nos invade, y nos entregamos a una contienda ya capitulada, no sólo se pierde la batalla, sino que mutilamos nuestro ser.

Porqué no entender que si de un principio no es suficiente, nunca lo va a ser?

Porque no abandonar ese caudal desolado a tiempo?

Porqué insistir?

La vida por definición es fértil y generosa. 

Todo lo que recibimos finalmente de ella es lo que nosotros le pedimos, lo que nosotros buscamos.  Por eso, nos educa, y tenemos que estar preparados, para saber que pedirle, que es lo que ella nos puede ofrecer para reconocer nuestro camino…

Hay mucha variedad, hay para todos, pero hay una sola verdad, y es el AMOR, el AMOR hacia uno mismo.